PASSION FOR TERROIR
Vitis Wine Merchants es un viaje iniciático al origen de los mejores vinos. La pasión por el terruño nos lleva a coger las botas para caminar entre pequeñas parcelas en las que la mano del hombre lleva la materia prima de la viña a otro tiempo. En el mismo tránsito hemos coincidido viticultores, bodegueros y mercaderes, amantes furtivos del placer por los vinos con identidad. Todos hemos firmado un contrato con el hedonismo para poner en la mesa el sabor de la tierra.
Somos una sociedad de cómplices en inquietudes en la que es bienvenido el que comparte tres máximas:
Singularidad
La inmediatez es el sinónimo de nuestro tiempo. La cultura líquida premia la juventud y la fugacidad y menosprecia la experiencia y el conocimiento del que atesora años y no los disimula. El camino hecho hasta ahora nos deja claro que hay que desandar en el campo y volver en el tiempo. Buscamos viñas viejas, viñedos con el acervo de décadas, cepas centenarias que proporcionan una singularidad única al vino.
Identidad
Las señas de identidad se construyen con la fidelidad a los valores de la tierra. Es un sentimiento que hace excepcional al que lo cultiva y que eleva al que lo comparte. No discutimos con la genética, ni la trampeamos: creemos en las variedades autóctonas como un elemento diferencial que nos acerca a conocer la esencia del mejor terruño.
Personalidad
Toda idealización tecnológica empobrece la viña: intervenir en ella es quitarle su carácter de complejidad, es destruirla. Apostamos por una viticultura heroica, de otro calendario, que sabe rendir en cualquier condición. Confiamos en la labor de artesanos que saben leer cuando la uva tiene que mimarse o cuando la viña tiene que sufrir hasta casi la extremaunción. La personalidad del agricultor y del enólogo son condición sine qua non en nuestros vinos.
Cerro la Isa
Viñedo Singular
Viñedo Singular es la nueva categoría en la cúspide de los vinos de Rioja.
Cerro la Isa se elabora con la selección de las mejores uvas del viejo viñedo en vaso que el bisabuelo de Juan Carlos Sancha plantó hace 113 años para su hijo, siguiendo una antigua tradición en Rioja.